19 abril 2020

La felicidad no domina el mundo

Parte 1

En el mundo existe gente infantil, capaz de tratar la vida como un simple juego. Para ellos, el único objetivo es divertirse, y ¿Cómo lo consiguen? Bueno, en realidad existe más de una forma de lograrlo, dependiendo del concepto de "diversión" para cada individuo. Unos, por ejemplo, trabajan por gusto, es decir, se enfocan en una actividad específica por el hecho de ser disftrutable, y como pasa normalmente al dedicar tanto tiempo, ganan habilidad. Tal habilidad trae consiguo estabilidad económica, dando por hecho su "victoria" en el juego de la vida al no tener impedimentos o incomodidades para seguir haciendo lo que les gusta (exceptuando aquellos necesitados de alguna otra área para cumplir tal actividad). Otros, por el contrario, viven para encontrar nuevas formas de entretenimiento, toman caminos desconocidos y se arriesgan para recorrerlos. Ese sentimiento de inseguridad, esa sensación de temor, ese pensamiento de incertidumbre... oh, simplemente excitante.

Si tan sólo fuera fácil de hacer y no de decir... Pff, lo haré a la antigua y aburrida manera, supongo. Naaa, este tipo de juego me encanta, ¿para qué cambiarlo? 

-¿Estás bien?

¿Mmm? Ah, justo cuando estoy bien filosófico.- No es nada, el hambre me hace delirar. No me vayas a matar de inanición, eh, Lis.

Espero entienda mi dinirecta mientras me relajo en este cómodo sofá 'to bonico'. Conociéndolo, se molestará, jaja. En efecto, tiene los ojos fruncidos.

-Si tanta hambre tienes, puedes comerte el pasto de mi patio, te ayuda para la digestión y...
 

-¡¿Tengo cara de perro?!

-Si.

-¡Pues tú tienes cara de mapache atropellado!

-Antes le doy comida a un mapache atropellado que a ti, perro de mierda.

Maldito desgraciado, conoce mis debilidades. -Bien, bien, tú ganas, dame esa porquería de comida.

-¿Porquería?

Oh, no.-Quise decir, manjar de los dioses. No, espera, ¡Mi sandwich! ¡Noooo!

-Al carajo tu sandwich.

Mi pobre, pobre sandwich, directo a la basura. Todo se acabó. -Adiós, Lis, la vida ya no tiene sentido.

-¿Dónde vas?

-Debajo de un puente.

-Muy bien, cuídate.

Auch.

-¡Uff!, esto está buenísimo. Tienes mi perdón, Lis. Sacrificar tu sandwich por mí, ¡Gracias!

-Si, si, todo con tal de que dejes de llorar. Dime, ¿Por qué viniste a mi apartamento a esta hora de la noche?

-¡Lo había olvidado! Mira esta foto, ¿es hermosa, cierto?

-¿Es tu nueva cita?

-¡Si! Bueno, ya no.

-Espera, ¿otra vez?

-...

-En serio eres incompetente, ¿cuántas van?¿12,13?

Ni siquiera puedo evitar suspirar... -42.


-42...

Debes estar tan sorprendido como para repetirlo, eh, Lis. Siente mi dolor, amigo mío.


-Así que 42...

En serio sientes mi dolor, ni siquiera puedes dejar de decirlo.


-Ya veo, morirás solo. Veamos una película.

-¿Lis?

-Espero haya algo bueno.

-¿Lis?

-Mira, están pasando los power rang...

-¡LIS!

-¿Qué quieres, parásito? ¿No ves que estoy viendo la tele?

-¡Hazme caso! ¡¿No ves lo triste que estoy?!
-¿De qué hablas? Solo eres un incompetente con las mujeres, no es gran cosa.
-¡Un carajo!¡Se supone que dirías 'La cuadragésima tercer vez es la vencida' o algo así.
¿Ah? ¿En serio pensabas eso? Ciertamente, todo un incompetente.
-Se acabó, estoy harto. Me voy a casa.

-Espera un momento, inútil.

-¡No soy un inútil! Solo quería un poco de apoyo...

-¿Apoyo? Eres un cabeza hueca, no importa lo que haga, no te rendirás. ¿O sí?

Je, olvidé lo orgulloso y amable que eres, Liz. Por eso me agradas.

-¿Y bien? ¿Quieres ver algo o te me quedarás viendo toda la noche?

-Ah, si, si, de acuerdo. Pero yo elijo.

-No.

-Bueno.

Parte 2

Como se puede intuir, la llamada categoría "gente infantil" no es más que una de muchas otras categorías para describir a las personas. Koyomi, por ejemplo, nunca aceptaría entrar en este tipo de naturaleza. Esto se debe al hecho de un solo pensamiento: La vida es una obligación. Naces para aprender, aprendes para trabajar, trabajas para aportar. Y una vez tu aporte esté completo, mueres para permitir a otros nacer. Esa es la forma de pagarle al universo por dejarte vivir. Pero, ¿qué se gana al tener la vida? Simple, mientras no interfiera con tu obligación, puedes usar el tiempo libre para actividades gratificantes, como leer, pintar, bailar, o incluso enamorarte.

"Lo veo mañana directooooooor"

Ryouta alargó la palabra director de forma burlesca mientras cerraba la puerta de la oficina. Al ver a su amigo sentado en el pasillo, sonrió.

"Qué onda"

"¡Nada de 'qué onda', llevo media hora esperandote!"

"Al dire le encanta darme discursos, ¿no crees?"

"¡Es tu culpa por meterte en problemas! ¡Literalmente estás más tiempo en su oficina que en clases!"

"Yo no me meto en problemas, ellos vienen solos"

"Insultaste a la maestra de cálculo, ¿cómo puedes decir eso?"

"¿Qué? Pero si le dije un cumplido"

"¿Decirle 'se ve menos horripilante de lo normal' te parece un cumplido?

" ¡Pero es cierto! Sus dientes chuecos no se veían tan retorcidos está mañana"

Sinceridad.

Con un suspiro profundo, Koyomi se rindió, al final solo desperdiciaría más tiempo.

"Vamonos, no tenemos todo el día"

"Te gusta mucho estudiar ¿verdad, Koyomi?"

Contrario a la oración de Ryouta, Koyomi no disfrutaba estudiar, pero tampoco le molestaba. Al fin y al cabo, era una labor necesaria para cumplir con su 'obligación'.

"A veces no te soporto ¿sabes?"

"Y aún así sigues buscándome"

Ryouta sonrió. No existían mentiras en esa frase, después de todo fue gracias a Koyomi que se diera tal relación.

En su primer semestre de universidad, un estudiante de nuevo ingreso destacó entre todos los demás al ser considerado un "genio", pues su capacidad para resolver problemas matemáticos era sorprendente. Tras un par de semanas, los profesores se dejaron controlar por la envidia, llevándolos a maltratar al chico, ya sea tirando sus cuadernos del pupitre o insultándolo directamente.

 Un día, el profesor de álgebra líneal amenazó con reprobarlo si no entregaba tareas "extra" ajenas a su clase, suficientemente complicadas para hacer llorar a un estudiante de último curso, y no era eso lo peor, debía entregarlas dentro de un límite de tiempo excesivamente corto. Para sorpresa de todos, él fue capaz de cumplir dichos deberes. Ese día, sus ojeras eran tan negras que ni su piel podía verse,  y su mano derecha estaba tan hinchada que se creía iba a explotar. Al final, la enorme estupefacción en los testigos aumentó todavía más cuando el estudiante dijo 'Tarea hecha, hijo de puta'. Tras esto, salió del aula y se desmayó junto a la puerta. Al enterarse, el director, furioso, organizó una reunión de profesores. Despidió al responsable y amenazó al resto de docentes de hacer lo mismo si injuriaban de nuevo a alguno de sus alumnos.

La razón de que Ryouta siga en la universidad a pesar de su mal comportamiento se debe a la admiración del director hacia él. Pudo fácilmente ir a contarle el problema, y con la cantidad de testigos era seguro que lo salvaría, pero decidió aceptar el reto. Al escuchar esto, Koyomi decidió con total claridad hacerse amigo de aquel chico. Sin duda, el podría ayudarlo con su objetivo.

Dedicación.

"No tengo opción. Si hay números de por medio, nadie se te compara"

Koyomi evitó mirarlo directamente, le daba vergüenza admitirlo.

"Me sonrojas. Toma, una estrellita por adulador"

Milisegundos después, Koyomi tomó la pegatina de la frente y la deshechó. Al mirar de nuevo a Ryota, unos extraños escalofríos recorrieron su cuerpo.

"Por cierto, Koyomi, todavía no cumples tu parte del trato"

Ryouta había borrado la sonrisa de su cara, sus ojos parecían brillar como el sol mismo. Se inclinó lo suficiente para estar a la altura de su compañero, quien seguía sentado.

"Koyomi..."

Por un instante, Koyomi sintio el sudor recorrer su espalda. En un intento de manejar la situación, fingió serenidad.

"Cálmate, prometí ayudarte. Nunca rompo mis promesas"

"¡Yei!"

Ryouta se levantó de inmediato. Su particular rostro sonriente apareció de nuevo. La seriedad se desvaneció tan rápido como vino.

"Por cierto..."

Koyomi abrió su mochila. Movía bruscamente el interior en busca de algo.

"Ten, con esto no te perderás camino a casa"

Una correa apareció en su mano. Ryouta miró por un momento el objeto, cuando comprendió a lo que se refería, liberó un grito.

"¡¡¡Qué no soy un puto perro!!!"

Parte 3

"¿Seguro funcionará?"

"Claro que si,  lo probó la AVQP"

"¿AVQP?"

"Si, A Ver Que Pasa. Viene una, preparate"

Ambos se escondieron tras un arbusto, entonces Hajime gritó '¡Ahora!', dando inicio al plan. Ambos jalaron la cuerda, atrapando a la presa. Una chica colgaba de cabeza bajo un árbol dentro del campus. Para mala suerte de ella, no alcanzó a subirse la falda antes de que una cámara le tomara fotos a su ropa interior. Ante inminente situación, la chica gritó. Esto asustó a los chicos.

"Tranquila, no grites. En un momento te bajamos"

Ryouta salió del arbusto a toda velocidad. Cuando salió Hajime, la chica transformó su miedo en ira.

"Cerdos, degenerados, haré que los expulsen"

Ryouta, por alguna razón, no podía creer su comportamiento. Después de todo sentía que no hizo nada malo. Una vez la bajaron, acomodó su ropa, y a continuación cacheteó de manera elegante a los dos perpetradores.

"Denme sus teléfonos"

Estiró su mano, esperando a que cumplan su orden.

"¿Para qué?"

La mejilla de Ryouta empezaba a hincharse, involuntariamente puso la mano en ese lugar.

"¡Qué me los den!"

"Tranquila, de acuerdo"

Hajime accedió sin objeción. Una vez cumplida la demanda, procedió a examinar los aparatos. Minutos después, los devolvió amigablemente. La sorpresa invadió a Ryouta.

"¡¿Qué le hiciste a mi teléfono?!"

"Lo formateé, ya no podrán ver esas fotos de nuevo"

"¡¿Cuáles fotos?!"

"No te hagas el tonto. Vi la cámara mientras colgaba. Solo eliminé todo, como forma de castigo"

Ryouta miró a la nada por un momento, hasta que cayó en la cuenta. Movió la cabeza de un lado a otro, pero Hajime ya no estaba.

"¡Maldito hijo de perra!"

El grito de Ryouta tomó por sorpresa a la chica, haciéndola caer de trasero. Cuando él la vio en el suelo, sintió una extraña sensación de culpa.

"Yo... lo siento. No era mi intención. El bástardo de mi compañero me engañó"

Estiró la mano para ayudarla, ella parecía dudar, pero las palabras se sentían muy reales. Al final, se levantó por sí misma.

"No te creo"

"Debiste ver la galería, sabrías que no tomé ninguna foto"

"Bueno, no lo hice, y no te creo. Si tan empeñado estás, entonces dime por qué lo hiciste"

"Pensaba invitarte a una cita"

Los ojos de la chica se abrieron de repente, la sorpresa se notaba a leguas. No podía creer semejante ridiculez. Simplemente no tenía sentido. Entonces frunció el seño.

"¿Te estás escuchando?"

"Espera, deja te explico. La idea era amarrar la cuerda mientras colgabas, entonces yo llegaría por 'casualidad', sería el héroe que te bajara y así podría hablar un poco contigo, luego te invitaría una dona y tú dirías que si, la relación avanzaría lo suficiente y luego..."

Durante la explicación, la expresión enfadada de la chica empezó a cambiar, parecía estar soportando una carcajada. Todo era tan surrealista que incluso le parecía divertido. Nadie pondría en marcha un plan así de estúpido, excepto él. Al final, la chica reventó de risa.

"¿Qué tienes?"

Ryouta miraba incrédulo. Ella se esforzó para hablar.

"¿Por qué una dona?

"¿Qué?"

Ciertamente, era una curiosa elección. De todo lo que podía existir, eligió una dona. Una vez terminada la carcajada, respondió.

"Si, de todo lo que podía existir, elegiste una dona, ¿por qué?"

"Ah... eso es porque son redondas, a todos les gustan las cosas redondas. No hay falla"

Como si de una maldición se tratara, volvió a reír.

"¡Basta, no puedo más!"

Toneladas de lágrimas aparecían en su rostro. Colocó las manos sobre el estómago, podía sentir como le dolía por tanta hilaridad. Ryouta se asustó.

"¿Estás bien?

"Ay... uff... nunca nadie me había divertido tanto."

Pasaron varios minutos antes de que pudiera calmarse. Una vez recuperada, le pidió una pluma al chico. Cumplida la petición, tomó la mano de Ryouta. En unos momentos ya tenía algo escrito.

"Mi número, estaré esperando esa dona ¿de acuerdo?"

Sin esperar respuesta, se alejó de él. Pasaron unos minutos hasta que Ryouta pudiera asimilar lo sucedido. Observó el número de su mano.

"Yep, estoy cabrón"

No hay comentarios.:

Publicar un comentario