31 marzo 2016

Desesperada esperanza

Tengo que hacerlo, ¡Tengo que hacerlo! Mis manos tiemblan con exageración mientras el sudor se abalanza sobre mi frente como si estuvieran desesperadas por postrarse ante mi cara, con tal de que me dé cuenta de su presencia, siento mi cabeza caliente y mi respiración se acelera. ¡Tengo que hacerlo! Pero no sé si pueda, ahora mismo pienso en muchas de las excusas que evitaran un avance en mi deseada acción, “Es mejor hacer otra cosa, mejor veo una película”. Si, ésta clases de tonterías me impiden realizar cosas grandes, cosas que asombrarían a mucha gente. ¡Tengo que hacerlo! Puff, necesito ir a la cocina por un poco de agua, tal vez si almuerzo algo pueda decidirme… ¡No! Es momento de hacerlo, y sé cómo animarme.
Leer más...