19 abril 2020

La felicidad no domina el mundo

Parte 1

En el mundo existe gente infantil, capaz de tratar la vida como un simple juego. Para ellos, el único objetivo es divertirse, y ¿Cómo lo consiguen? Bueno, en realidad existe más de una forma de lograrlo, dependiendo del concepto de "diversión" para cada individuo. Unos, por ejemplo, trabajan por gusto, es decir, se enfocan en una actividad específica por el hecho de ser disftrutable, y como pasa normalmente al dedicar tanto tiempo, ganan habilidad. Tal habilidad trae consiguo estabilidad económica, dando por hecho su "victoria" en el juego de la vida al no tener impedimentos o incomodidades para seguir haciendo lo que les gusta (exceptuando aquellos necesitados de alguna otra área para cumplir tal actividad). Otros, por el contrario, viven para encontrar nuevas formas de entretenimiento, toman caminos desconocidos y se arriesgan para recorrerlos. Ese sentimiento de inseguridad, esa sensación de temor, ese pensamiento de incertidumbre... oh, simplemente excitante.

Si tan sólo fuera fácil de hacer y no de decir... Pff, lo haré a la antigua y aburrida manera, supongo. Naaa, este tipo de juego me encanta, ¿para qué cambiarlo? 

-¿Estás bien?

¿Mmm? Ah, justo cuando estoy bien filosófico.- No es nada, el hambre me hace delirar. No me vayas a matar de inanición, eh, Lis.

Espero entienda mi dinirecta mientras me relajo en este cómodo sofá 'to bonico'. Conociéndolo, se molestará, jaja. En efecto, tiene los ojos fruncidos.

-Si tanta hambre tienes, puedes comerte el pasto de mi patio, te ayuda para la digestión y...
 

-¡¿Tengo cara de perro?!

-Si.

-¡Pues tú tienes cara de mapache atropellado!

-Antes le doy comida a un mapache atropellado que a ti, perro de mierda.

Maldito desgraciado, conoce mis debilidades. -Bien, bien, tú ganas, dame esa porquería de comida.

-¿Porquería?

Oh, no.-Quise decir, manjar de los dioses. No, espera, ¡Mi sandwich! ¡Noooo!

-Al carajo tu sandwich.

Mi pobre, pobre sandwich, directo a la basura. Todo se acabó. -Adiós, Lis, la vida ya no tiene sentido.

-¿Dónde vas?

-Debajo de un puente.

-Muy bien, cuídate.

Auch.

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23 diciembre 2019

Consejos de la vida desde mi perspectiva

La verdad se presenta cuando tú realmente quieres saberla, si vives engañado no es culpa de nadie más que de ti mismo. Mi mentalidad cambia constantemente y eso me gusta, sé que lo hago para avanzar y desarrollarme, por eso comienzo este nuevo viaje a lo desconocido. Tengo miedo por supuesto, pero también tengo una emoción irrefrenable, no pararé hasta que… En realidad, no pararé nunca de recorrer este hermoso camino hacia mi felicidad.

Por ahora no lo entiendo, pero hay algo de lo que estoy seguro, este camino no es recto, sino curvado y lleno de baches. Dicen que la vida ya está destinada a pasar por ciertos lados, pero para mí eso no es completamente cierto, siempre puedes elegir. Sé que durante el recorrido no todo es felicidad, el sufrimiento se lo causa uno mismo y no lo sabrá hasta que el mismo quiera darse cuenta de ello, y cuando lo haga, podrá poner empeño en eliminarlo.

Un peligro físico es relativamente momentáneo, pero un dolor interno puede durar muchísimo tiempo, todo gracias a nuestro ser, pues de él no solo se desprende una luz sino que también una oscuridad. A muchos, sino es que a todos, les cuesta aceptar ésta última y eso les hace daño, necesitan aprender que la oscuridad también es parte de ellos. Y personalmente creo que ésta es una de las partes más difíciles del camino, más que nada porque actualmente la gente es demasiada orgullosa, se niega a aceptar sus errores y creen que deben ser mejor que el resto, sin saber que están siendo manejados por esa oscuridad sin ningún equilibrio.

Una vez que empiezas a caminar por este sendero, puedes llegar a ver parte de ella, te das cuenta que es muy muy muy largo. Pero a fin de cuentas, ya comenzaste a recorrerla y creo que la elección más importante es querer emprender este viaje hacia tu ser. Por supuesto, tú mismo tienes que enfrentarte a estos obstáculos, pero eso no significa que no puedas guiarte de otros.

Hay tanto que decir pero muy poco me llega a la mente, así que daré unos cuantos consejos porque quiero que todos sean felices, aunque la decisión es solo tuya:

  • No te obligues ser lo que otros quieren que seas. Eso solamente te hace daño y no sirve, las personas se mueven por el orgullo pero no significa que debas obedecerles.
  • Explora todo lo que quieras, no te límites con pensamiento inútiles. Tú vales tanto como yo y como el resto del mundo. El decir que no puedes hacer algo es porque tú mismo te crees inferior y eso es una vil mentira.
  • Guíate por el corazón, no estoy diciendo que desobedezcas el pensamiento, pero recuerda que la mente recibe toda la información incluyendo la negativa. Si hay un pensamiento negativo, entonces es la voz del orgullo la que te está hablando.
  • La tristeza no es parte de la vida diaria, si estas triste es porque tú quieres estarlo. Lamentablemente la sociedad está tan corrompida que te controla de una manera tan descarada sin que tú mismo te des cuenta. Desde pequeños nos imponen muchas creencias, te lo diré directo: Si no te sientes bien con ellas, ¡elimínalas! No te castigues.
  • Busca la verdad, si existe una ley, creencia o idea que no te convence al cien por ciento, entonces no la tomes como tal y busca la forma de corregirla o contrariarla.
  • No te aferres a nada, todos nos aferramos a algo y lo único que nos da a cambio es sufrimiento. Pensamos que sin ello no podríamos ser felices, o simplemente no mereceríamos vivir, esto solo causa un sufrimiento innecesario.
  • No tengas miedo y sigue adelante. Disfruta todo el recorrido y no solo la meta. La recompensa será más grande de lo que crees. 

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24 noviembre 2019

La verdad duele


Me siento tan triste... nunca había pensado en lo dura que puede ser la realidad, si tan solo pudiera ser más fácil. Me preparé, sabía lo que se avecinaba, incluso sentí un sueño premonitorio, y a pesar de todo, siguió siendo difícil. Lloré y me enfurecí,  pero el dolor fue intenso. Entonces me di cuenta, había dos sensaciones terriblemente arraigadas a mi ser. Una era la decepción, creada por la falsa esperanza de ser feliz junto a quienes creía eran mis amigos. En realidad, siempre lo supe, desde hace mucho pensaba que yo era el problema, entonces decidí esforzarme para hacer nuestros lazos más fuertes. Hubo risas y momentos placenteros, pero eso no significó nada. En serio me esforcé, sabía que la sensación de búsqueda era unidireccional. Jamás se interesaron en mí, solo aceptaban el poder estar con ellos, y aún así puse mi empeño en mejorar esos lazos. De hecho, me sentí como un fracaso desde hace tiempo, y ahora me doy cuenta del porque. Construí mis metas en unos cimientos débiles. Esos cimientos fueron mis amigos. Decidí quedarme por ellos, seguir adelante por ellos, cambiar por ellos. Por eso fracasé. Ellos nunca fueron mis amigos. Y después de tantos años, me doy cuenta.

Tal vez no hubiera sido tan doloroso si la decepción no viniera de la traición. Cuando sabía que ellos no me buscaban, decidí expresarme mejor, liberar mis sentimientos para expresarme como me sentía. Al principio me sentía más feliz, incluso pude aprender más de ellos. Pero el resultado no era diferente, ellos seguían sin buscarme, sin interesarse en mi, nunca se preocuparon de lo que me sucediera. Entonces tome el peor error, decidí ignorar ese hecho, mi positivismo es muy fuerte. Pensaba que con el tiempo las cosas empezarían a cambiar, incluso fui capaz de declararme. Y por un momento sentí que encajaba. Hubo un tiempo en la que chateaba con ella casi todos los días, le dije sin tapujos lo que sentía, y ella los aceptaba, hasta que me pidió que le recordará algo cuando la viera. Ya empezaba a comprender lo que pasaría.

Una noche antes de verla, desperté llorando. Un sueño se me presentó en forma de advertencia (no lo sabía en ese momento). Me encontraba en un salón de clases, estaba ella y mi mejor amigo (eso lo sabía en el sueño, pero en realidad ese personaje es un personaje ficticio). Sentados en las bancas, sentía que ella me ignoraba, entonces vi como él (mi mejor amigo) le pedía salir del salón. Yo extrañado vi como salían del lugar. El salón estaba ubicado en un tercer piso y el pasillo tenía barandales que daban una vista hacia afuera. Los seguí hasta que bajaron las escaleras del tercer piso, decidí que podía ser mejor observar desde los barandales lo que pasaba. Cuando llegaron al primer piso, vi como se dirigían a una pequeña calle con escaleras parecida a la del callejón del beso. Entonces él la detuvo, le dijo que esperara un momento, después jaló unas cuantas cuerdas y un telón negro cayó por la pared. La oración "¿Quieres salir conmigo?" estaba impresa con rojo mientras otras pequeñas frases se amontonaban por el telón.

El dolor salió disparado de mi corazón, no encuentro otra forma de decirlo. Sentí como las emociones me inundaban, hasta que percaté el vacío, esa sensación que dominaba sobre cualquier otra. Afuera del salón habían unas escaleras que llevaban a un cuarto piso, una pequeña habitación era lo único allí. Salí corriendo a ese lugar, no sin antes percibir como ella abrazaba tan cálidamente a su acompañante, dándole una mirada tierna mientras aceptaba su propuesta. Una vez solo, seguro de que nadie podría verme, lloré. Cansado de mis lágrimas, pensé, "¿Por qué me duele tanto? ¿Por qué me pasa esto?", entonces un pensamiento llegó, "Espero que ellos sean felices juntos. Al final no puedo odiarlos". Bajé por las escaleras y lo vi a él, esperándome. Podía verlo en su expresión, iba a decirme algo que no iba a gustarme. "Tengo que decirte algo", bajé con rapidez y le interrumpí, "¿Y esa cara? Parece como si te hubieras declarado a la persona que me gusta". Abrió los ojos, sorprendido, y el sueño terminó.

El día esperado llegó, quedamos de acuerdo en vernos, me mencionó la hora en que se desocupaba y llegué a tiempo. Estaba listo para lo que venía, lamentablemente no siempre pasa lo que uno espera. Llegué y le envié un mensaje, "Ya llegué, te espero", me respondió que en un momento iba... pasó una hora, estaba un poco molesto pero seguro tenía que hacer algo. Llegó y me dijo algo interesante, "perdón por tardar, pero el chisme estaba bueno". Me emputé, realmente me emputé. Hacía mucho tiempo que no me hacían encabronar de ese modo. Esa acción ya no tenía nada que ver con la situación, simplemente es una puta falta de respeto sin importar quien sea. Quiero decir, vine específicamente a verla, sabiendo que no estaría ocupada, haciéndome esperar innecesariamente por una pendejada. A pesar de todo, decidí tragarme el orgullo, oculté mi enojo y esperé a que me contara lo que ya era obvio para mi. "No sé si estamos en la misma sintonía, dije, creo que me gustas", esta parte no me molestó en absoluto, estaba ocupado intentando calmar el enfurecimiento por lo mierda que fue en ese momento. Le dije que estaba bien, no pasa nada, y de inmediato pasamos a otros temas sin importancia. Desde ese día dejamos hablar tan seguido.

Pasaron los días y lo peor se aproximaba, empecé a sentir como si me ignorara. No lo tomé muy a pecho porque sabía que era normal, después de todo me gustaba. Sin embargo, comencé a captar ciertas cosas que me llevaban a una cruel realidad. En realidad, ella ya estaba quedando con una de las personas que creía era mi amigo. Y no me hubiera molestado, si tan solo no me lo hubieran ocultado. Créanme que si me lo hubieran dicho desde un principio, no sufriría tanto. Pero esa sensación de burla hacia mi crecía, y eso me molestaba mucho, no, todavía me molesta.

Estaba sufriendo, y no sabía que hacer. Un día decidieron ir a un evento que se celebra una vez al año en la ciudad, y uno del grupo me invitó. Tenía que levantarme temprano y como estoy acostumbrado a dormir muy noche, decidí desvelarme. Llegó la hora y nos reunimos en un lugar, entonces otra persona del grupo me miró y me dijo "Tú que haces aquí, yo no te invité". Pudo haberlo dicho de broma, pero mi alma se partió en dos cuando lo escuché. En ese momento estaba pasando por un momento difícil y escuchar esa oración me destrozó, y mucho. No debí haber ido, solo acepté porque pensé que ir al evento con mis amigos me ayudaría a calmarme. Grave error. El resto del día fue un infierno.  Me di cuenta de muchas cosas. No me habían invitado porque sabían que sería incomodo para ellos. Y la persona que me invitó seguramente no lo sabía.

Como hay que caminar mucho para salir del evento, decidí separarme de ellos un poco, observé el ambiente y por primera vez me sentía tranquilo. Sin pensar en nada ni nadie. Ahí fue cuando llegó la verdad que terminó por destruirme. Ellos no eran mis amigos, nunca lo fueron. Jamás se preocuparon de mi. ¿Por qué se empeñan tanto en ocultarmelo? ¿De verdad piensan que soy tan idiota? Al final, ellos nunca se interesaron por lo que yo sentía. Decidí irme a casa, listo para aceptar la nueva sensación: soledad pura. Fueron al menos tres días sin hacer nada más que recostarme en mi cama y llorar.

Aún sigo luchando por superarlo. Cuando estoy con ellos puedo hablar como si nada hubiera pasado, con excepción de que no voy a hacer algo por ellos si no me gusta o conviene. Lo único difícil es cuando la veo a ella, varias sensaciones surgen: tristeza, enojo, soledad y sobretodo decepción, mucha decepción. Para mi está claro, no es una mala persona, pero es alguien cruel y definitivamente peligrosa, al menos hasta que quiera aprender a no lastimar a otros sin necesidad.
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24 septiembre 2019

Primera Persona

     "Todo es tan... brillante, ¿Esos son reflectores? Si que son cegadores, espero acostumbrarme rápido a la luz. Asombroso, tanta gente detrás de cámaras. Veamos, ¿Dónde está el presentador del programa? ¡Ah! Ya te vi, y pareces muy cómodo en tu bonito sofá blanco, me gustaría tener uno también. Espera un momento... ¡Estoy sentado en uno igual! Se siente fantástico. De acuerdo, creo que estoy listo para el segundo paso, pero antes, vamos a mover un poco el traserín, quiero dejar una marca en esta maravilla. Muy bien, ahora si. ¿Hmm?, ¿Por qué me ven tan raro?, ¿Tengo algo en la cara?"

-¿Te encuentras bien, Tom?

"Ah, ya veo, creo que si me estoy portando raro. Bueno, es una forma de llamar la atención".

-Mejor que nunca Mark, ¿Te parece si continuamos con las preguntas? -"Tiene la incomodidad pegada en la cara, puedo verlo en la forma que se acomoda la corbata".  
-De acuerdo. ¿Es verdad que pasaste tres días seguidos en el set de "Pandemuertum"?
-Oh, mi querido Marky -"Es hora del espectáculo. ¿Debería ponerlo más incómodo? Obvio. ¿Pero cómo?, ¡ah, ya sé! Me sentaré en sus piernas como los niños cuando visitan al santa del centro comercial... Jajajajajaja, no puedo creerlo, tenía una papada en la papada de tanto retroceder la cara. Tengo que resistir, no es momento de reírme"-. Es todo falso, en realidad me fui de viaje por toda california.
-¿De... de verdad?
-¡Si! -"Bien, ahora me acercaré lentamente a su oído"-, ¿Sabes por qué? -"¿Tan nervioso estás que solo puedes negar con la cabeza? Está bien, no importa. Veamos como reaccionas  con un pequeño grito en la oreja"-¡Porque puedo!

"¡Auch! No era necesario empujarme al suelo, pero bueno, nadie olvidará esa cara de susto jajajaja. ¿Eh? Ups, creo que me reí en voz alta, bueno, arriba campeón, el piso es hogar de perdedores".

-Es broma, la verdad es que mi esposa me fue infiel. Estaba tan molesto que fui a california para follarme a toda mujer que se dejara. Fue una locura.

"Jajajajajajaja. Mark, tu cara se deforma por cada cosa que digo. Pareces el kokún mal dibujado del dragon ball super jajajaja. Uff, en serio no puedo con esto. Bien, suficiente. Solo me falta hacer una cosa y todo habrá salido como esperaba. Primero, me inclino un poco hacia adelante con la espalda recta, abro las manos y separo los dedos, después las levanto a la altura del pecho mientras estiro los brazos hacia Mark, ahora separo las piernas y ¡voalá! Directo a la acción".

-Tranquilo pequeño -"Me acercaré lentamente para no asustarlo"-, no te haré daño.

"Lo siento Mark, esto me dolerá mas a mí que a ti. Muy bien, un poco mas cerca, mas cerca, perfecto. ¡Tome su putazo!... Vaya, o te pegué muy duro, o eres alérgico a los golpes. Espero no haberte matado todas las neuronas. Oh, la gente se acerca, es hora de irme. ¡Ecsazo! 

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"¡Aaaah!, ¡Mi cabeza!, ¡Me duele!... Uff, no importa cuantas veces lo haga, no logro acostumbrarme. Ojala pudiera quedarme aquí en cama para siempre, pero tengo que buscar el canal. ¿Cuál era? El doscientos treinta y cinco. De acuerdo, aquí es. Je, ¿Qué te pasa, Tom? ¿No esperabas ser neutralizado entre cuatro o cinco personas? Viejo, le rompiste la cara al anfitrión del programa, sabes que significa, ¿No? Estarás en problemas por un buen rato. Créeme, esas lágrimas de vulnerabilidad no te ayudarán, te lo digo por experiencia".


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22 octubre 2018

Escuela de arquería y cueva de la experiencia


Mucha gente me dice que después del incidente mi personalidad cambió totalmente, ya no soy el mismo y otras estupideces. Bueno, los tontos dicen eso, yo solo aprendí a ser mas cuidadoso. Después de todo vi la triste realidad, descubrí la debilidad y decidí enfrentarla, así obtendría un futuro a mi imagen y semejanza.

Al final entré a arquería no porque me gustaba, sino por las ventajas que traería sobre artes marciales. Durante el corto tiempo con mi padre pude aprender algunas técnicas de entrenamiento creadas por él, y como el director era amigo suyo pude preguntarle de los ejercicios que empleaba a sus alumnos de todos los grados. Estaba decidido.

Las personas me preguntaban si guardo rencor del tipo y su navaja, un no era toda mi respuesta. La verdad es que estoy agradecido con él, me dio una visión más extensa de la realidad al fin y al cabo. Pero si lo llegaba a ver de nuevo, bueno, le devolvería el favor con gusto.

Cuando le conté a Yves sobre mi decisión de entrar en arquería, se sorprendió. Me preguntó si estaba seguro ya que por mi único ojo no tendría una visión tridimensional, dándome gran desventaja respecto al resto de compañeros, “no me importa” fue lo que salió de mi boca, y al ver mi entusiasmo, me inscribió.

Organizados, los alumnos se formaron para escuchar el discurso de bienvenida, yo me encontraba hasta delante observando los movimientos de los profesores. El uniforme de la academia de los chicos se conformaba por unos pantalones cortos cafés, una camisa amarilla y unas botas de cuero. Una chica pasó a mi lado, la volteé a ver de reojo y al hacerlo una extraña sensación recorrió mi cuerpo, distinguí una cabellera dorada que enmarcaba el rostro de la chica haciendo lucir sus grandes ojos verdes, sabía que ella era especial, pero no sabía el porqué. Sin darle más vueltas al asunto, regresé la vista al frente, prestando atención al director.
A excepción de ciertas situaciones, toda mi vida escolar y privada giró alrededor de un duro entrenamiento. Siempre fui el primero de mi clase en llegar, me sentaba cerca del profesor en caso de que tuviera dudas, me esforzaba al máximo en mis entrenamientos, tanto que desmayarme se volvió parte de mi vida cotidiana.

Cuando querían hablar conmigo, simplemente me alejaba. En poco tiempo dejaron de hablarme y poco a poco me convertí en un fantasma. Al llegar a casa lo primero que hacía era tomar el arco de mi padre para practicar en un pequeño terreno que me consiguió el director Yves. Poco después aprendí que el descanso era parte importante del entrenamiento, así que usé esos periodos de tiempo para estudiar un poco de historia, después de todo los errores de otros guerreros importantes podrían evitar los míos. Conforme pasaba el tiempo, la lectura se volvió más un pasatiempo que un aprendizaje.

Los años pasaron rápidamente y los profesores se dieron cuenta de la increíble habilidad que demostraba en mis competiciones. Mis primeros adversarios eran compañeros de clase, pero debido a las aplastantes derrotas fueron poniéndome contra grados superiores. No puedo olvidar la cara de los profesores cuando vencí a los alumnos de último grado. Desde entonces me invitaron a las competencias más importantes de la ciudad. 

Mi sorpresa fue tan grande ante la gran derrota que sufrí. Sin duda un alumno no se compara en nada a alguien con experiencia, y como yo no solía perder me deprimí bastante, todo por culpa de mi ego acumulado de tanta victoria.

Esa noche pensé en todo mi entrenamiento, no podía creer todo el tiempo que usé para practicar solo para ser destruido en la competencia. Decidido, tomé el arco de papá y un carcaj con flechas de madera. Quería ser reconocido,y para eso necesitaba demostrar que era digno de convertirme en el mejor arquero de Midgard. Salí de casa y me dirigí a las afueras de la ciudad. Los guardias no me permitirían salir, por eso utilicé un camino secreto descubierto por mi durante el entrenamiento en el terreno de Yves. Simplemente debía pasar por una grieta en el muro, escondida entre arbustos.

Una vez fuera, pude darme cuenta de la enormidad del bosque, rodeando por completo la ciudad. Y no solo eso, la oscuridad y el frío empezaron a traerme dudas de mis acciones. Pero recordé mi derrota en la competencia, no regresaría hasta demostrar mi valía. Caminando lentamente en la negrura, y guiándome de los muros como punto de referencia, encontré la cueva de Payon. Según Yves, esta cueva está prohibida a todo público debido a la peligrosidad que conlleva entrar en ella. Seres aterradores como Zombies o Skeletons utilizan este lugar como hogar y sin saber porque no salen de ella nunca. Las manos me temblaron y un sudor frío recorrió mi espalda, entonces sacudí la cabeza y entré. Una voz detrás gritó.

-¡Cuidado!

Volteé instintivamente, luego sentí un corte en el abdomen. El frío aumentaba y la vista se volvía borrosa. Pude sentir un líquido caliente bajando por las piernas. Al final, todo se llenó de oscuridad.




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16 agosto 2018

El gran general Noxiano


Después del extraño encuentro con la mujer, Yasuo salió de la tienda decidido a llegar al cuartel general que se hallaba en la punta de la montaña sin esperar la gran sorpresa que le esperaba: soldados noxianos rodeaban el edificio impidiendo su objetivo. El aire empezó a sentirse pesado, como si el odio de todo Noxus se transformara en una especie de aura oscura que motivaba a los militares a enfrentarse al espadachín, entonces se dio cuenta de un individuo que salía de la multitud destacando como nadie lo había hecho. Con su uniforme oscuro y su cabello gris, el misterioso hombre se acercó lentamente a Yasuo, cada paso que daba generaba una oscuridad aún mayor alrededor de él, el aire ya era muy denso haciendo que el guerrero se sintiera más presionado, podía ver los ojos del temible estratega completamente rojos como si algo malo habitara dentro de él. Poco a poco el temblor aparecía en el infiltrado de manera inevitable, sabía que esta situación era de vida o muerte.
-¿Qué me trajeron los cuervos?- dijo Swain mirando al joniano, inexpresivo- No sé porque has venido aquí, pero en este lugar odiamos a los invasores. Ahora entrégate, o me encargaré personalmente.
Un frío atroz recorrió la espalda del espadachín, sus extremidades dejaron de responderle y lo único que podía hacer era observar la muerte yendo tras él, entonces muchos recuerdos invadieron su mente, la niñez y adolescencia pasaban rápidamente por su cabeza, y cuando por fin llegó al incidente que cambió su vida, encontró una respuesta. No podía morir, no todavía, al menos hasta que cumpliera con la promesa que le hizo a su hermano. Se armó de valor y con una confianza restaurada, sacó su espada de la funda, apuntando al gran general noxiano.
-Nunca pude quedarme en un sólo lugar,- dijo Yasuo con mirada combativa- ahora ven, mi espada quiere conocerte.
Justo acabando esas palabras, Yasuo corrió hacia el general y cuando lo tuvo al alcance movió su espada en un ángulo inclinado de arriba a abajo, pero algo extraño pasó, un brazo completamente rojo estaba bloqueando su ataque. Sin pensarlo, el guerrero retrocedió, había subestimado al enemigo, y no solo eso, sentía un dolor leve en la cara, la sangre le brotaba de una pequeña cortada por debajo del ojo. Puso su atención en la extremidad de Swain, este mostraba las garras  de su mano izquierda, y en una de ellas goteaba algo rojo. Ni siquiera se enteró del contraataque.
-¿Aún te atreves a desafiarme?-dijo Swain, burlándose.
Yasuo lo miró con entusiasmo.
-Hay cosas que nunca aburren, y una de ellas es una buena pelea- admitió.
Segundos después, los dos combatientes avanzaron sin temor, Swain intentó cortarle los ojos pero Yasuo se lo impedía con dificultad, éste contraatacó rápidamente hiriendo al general en el brazo derecho, pero la herida sanó al instante. Mientras tanto, la multitud aclamaba fuertemente en favor de su líder sin adentrarse en la batalla, no por querer ser espectadores, sino porque sabían de lo peligroso que era acercarse.
Algo dentro del joniano le decía que si seguía a ese ritmo, terminaría por ser derrotado. Después de un largo intercambio de movimientos ofensivos-defensivos, el samurái intento retroceder sin éxito pues el militar era una fuerza inagotable de poder, entonces Yasuo apuntó con su espada al contrincante y comenzó a moverla en círculos creando un fuerte remolino que obligó al noxiano a alejarse.
El espadachín tuvo unos segundos de descanso, cerró los ojos por un momento y Swain aprovechó para acercarse, sus garras apuntaban al corazón, pero algo había pasado, una ráfaga levantó con increíble fuerza al general.
-¡Sorye ge ton!- gritó Yasuo ya estando por encima del militar.
Solo él mismo dueño de la técnica percibió la velocidad con la que lanzaba sus ataques, en tan solo un segundo le había llegado a dar seis cortes consecutivos, todos mortales. Tras el fulminante ataque, Swain se encontraba en el suelo destruido, mostraba heridas profundas por todo el cuerpo, especialmente en el cuello y el pecho. El ruido del público cambió por un silencio unánime, no podían creer la escena presenciada. Yasuo observó a la multitud.
-Bien ¿Quién sigue?-
Recuperados de la sorpresa, los soldados corrieron hacia el enemigo creyendo poder aprovechar el agotamiento del samurái. Sin embargo, un movimiento irregular los detuvo al instante. La garra de cuervo del militar se había levantado, aquella transformación desaparecía hasta regresar a su forma original. Swain se levantó, su mirada había cambiado totalmente, de una inexpresividad tranquila a un enojo tan brutal que pareciera que le arrancaría la cara en cualquier momento.
-Voy a ser sincero, no esperé que fueras tan molesto.- Un aura espesa emanaba del militar- El juego ha terminado.
Poco a poco las heridas desaparecían y daban lugar a un extraño color rojo que adornaba el traje del general, pero lo más llamativo eran esas extrañas alas oscuras que emergían de su espalda y le daban el aspecto de un demonio. Yasuo sabía que enfrentarse a él significaría una muerte segura, lo único que podía hacer era escapar, no podía morir hasta cumplir su objetivo pasara lo que pasara. Sin embargo, las piernas no le respondían, no podía imaginar que en el peor momento su fuerza se terminaría.
Swain se acercó lentamente, su poder le permitía absorber la energía de cualquiera que se le acercase. Al estar frente a frente con el espadachín, se mofó.
-Esta ni siquiera es mi forma final.
Yasuo se limitó a observarlo, no podía hacer nada contra él en ese momento.
-¡Hasta nunca!- gritó Swain.
De un instante a otro, el silencio reinó.



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09 agosto 2018

La imprudencia del sentimiento


Nací en la ciudad de Payon, hogar de la arquería y las artes marciales. Debido a la falta de minerales los habitantes fueron obligados a utilizar la madera y su propio cuerpo como método de defensa. Actualmente está rodeada de grandes murallas, útiles contra los enemigos que pueblan el bosque, la única entrada se encuentra al sur de la ciudad, vigilado por guardias de elite que cuidan el puente creado por el hombre utilizando rocas como base y madera en la parte superior, dejando por debajo el río que viene del noroeste por las orillas de Izlude, una ciudad satélite dependiente de Prontera, la capital.

Cuando tenía seis años mi papá siempre me contaba una historia antes de dormir; todavía recuerdo su forma de narrar, era como si él mismo lo hubiera vivido, nunca pude pegar un ojo hasta que terminaba el cuento porque si lo hacía me arrepentiría ya que jamás me contaba la misma historia. Me habló sobre las murallas, de mis ancestros y de criaturas tan poderosas que podrían destruir el mundo si quisieran, claro que en ese entonces no se me ocurrió preguntarle si lo que me contaba era cierto.

Una vez me contó sobre mi ancestro, un hombre llamado Rurik el cual sobrevivió ante el ataque del dragón Nidhogg mientras exploraba el Niflheim, pero que terminó muriendo por causas desconocidas a los treinta y dos años.

En el momento que cumplí siete, mis padres me llevaron hasta arriba de la muralla, nos quedamos toda la tarde viendo el panorama mientras platicábamos sobre cosas cotidianas.

-¿Cuál es tu sueño, hijo?- decía mi papá mientras me abrazaba. Después de pensar un poco, le respondí.

-Quiero recorrer el mundo contigo, y con mamá también.- dije, entonces di un gran bostezo y caí rendido al sueño.

Al día siguiente amanecí en mi cama, y una carta descansaba sobre mi almohada. Por temas personales no hablaré de todo el contenido, solo de lo más relevante. Al parecer ocurrió un problema con uno de mis tíos y tuvieran que salier de la ciudad para verlo, no sin antes pedirle a un amigo de la familia que me cuidara, quien resultó ser el director de la Academia de Arquería de Payon, su nombre era Yves.

A pesar de ser bastante viejo, Yves fue muy amable conmigo, me regañaba siempre que lo desobedecía y cuando cumplía con las tareas compraba jugo de uva como premio. Hubieran sido buenos momentos de no ser por mis padres, los cuales no volvieron.

-Regresarán pronto. -era lo que me decía antes de cambiar de tema repentinamente.

Le pedí que me hablará de ellos, quería conocerlos más que nunca. Me habló de mi padre, trabajaba en su academia como profesor de artes avanzadas en arquería, tenía fama de ser el profesor más odiado y amado por sus estudiantes debido a la gran dedicación a su oficio, tan así que muchos salieron por sus métodos excesivamente estrictos. Yves me preguntó si quería especializarme en arquero, contesté con un no pues ya había pensado unirme a artes marciales, sonriendo, puso su mano sobre mi cabeza y me dijo "Todavía tienes tiempo para pensarlo, ¿De acuerdo?".

Yo era muy travieso y nunca le prestaba atención a la clase, por culpa de esto era castigado constantemente. Un día el castigo se alargó tanto que el sol ya estaba por esconderse. Yves siempre me decía que estar solo en la noche es peligroso, entonces tomé mi mochila y salí corriendo de la escuela para llegar lo antes posible a casa.

La noche llegó en un instante, veía cada vez menos y por la velocidad a la que iba no pude distinguir a un hombre que pasaba, entonces mi cabeza chocó contra su estómago. Ambos terminamos en el suelo. En el momento que mi dolor fue desapareciendo, me levanté y me acerque al hombre para ayudarlo, la sorpresa fue inevitable cuando me tomó del cuello y me arremetió contra la pared.

-No creerás que te dejaré ir después de ese golpe, mocoso. -dijo esto levantando el puño y llevándolo contra mi estómago. Sentí como el aire salía de mi cuerpo.

No podía respirar, mis pulmones estaban vacíos y una sensación de desesperación me cubrió por completo. Miré la cara de mi agresor, y vi con mis propios ojos esa horrible sonrisa, una sonrisa que disfrutaba del sufrimiento ajeno, empecé a llorar del miedo. No sabía si saldría vivo de esto, instintivamente usé mis manos para quitar la del agresor, sin éxito. De un instante a otro, me soltó.

-Tranquilo pequeño, no soy tan malo. -eso fue lo que me dijo mientras recuperaba el aliento, el hombre me dio la espalda y caminó como si nada hubiera pasado.

Ese fue el detonante que cambiaría mi vida por completo, estas palabras hicieron surgir algo nuevo dentro de mí, algo que no había experimentado antes, eran sensaciones tan fuertes que me impulsaba a hacer cosas que nunca hubiera hecho antes: ira y frustración. El sentirme tan impotente me hizo reaccionar. Limpié las lágrimas de mi cara y corrí tan rápido como pude hacia él, listo para golpearlo. El dio media vuelta extrañado por el ruido que producían mis pisadas y dándose cuenta de lo que iba a hacer, me dio un puñetazo en la cara. Caí al suelo, el dolor era tremendo y mi cuerpo no se movía.

-De verdad eres estúpido.- gritó enojado mientras me levantaba de la camisa, me di cuenta de que estaba buscando el nombre en ella porque cuando lo encontró empezó a reírse como loco, – Vaya, pero si eres su hijo.- la forma en que me miró fue tal que podía ver la muerte a través de sus ojos, y con la oscuridad de la noche casi parecía como si brillaran de un rojo carmesí.


Mientras utilizaba su mano izquierda para tomar mi camisa, usó la derecha para sacar algo del bolsillo. No pude ver con claridad que era hasta que me lo puso en la cara; una navaja.

-Tu papi acabó con mi futuro, así que yo acabaré con el de su hijo, ya sabes, para estar a mano. Pero primero un poco de dolor, como signo de nuestra amistad. -declaró.

Lo que pasó después fue tan horrible que aún hoy tengo pesadillas, el maldito hijo de puta me clavó la navaja en el ojo izquierdo, una y otra vez sin descanso. Yo pataleaba y pataleaba para poder escapar, pero era imposible, lo único que podía hacer era gritar desesperadamente. La sangre se combinaba con las lágrimas, la tortura se volvía eterna, no podía soportarlo, entonces me desmayé.

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Al despertar, el hombre que me descuartizó el ojo ya no estaba, solo un techo de madera que conocía perfectamente, pues poseía marcas de flechas que disparaba cuando me aburría. Estaba en mi cama, alguien me había traído. Me levanté solo para darme cuenta de la presencia de Yves que se encontraba a mi derecha sentado en una silla de madera, las manos cubrían su cara y las lágrimas caían por estas. Cuando vio el único ojo saludable abierto, tomó mi mano derecha con fuerza.

-Lo siento tanto Merphy. -la voz tan frágil me rompió el corazón. No quería que llorara por mi. Nos abrazamos, esperando consuelo.


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