Después
de tomar el arco apoyado en la cama, Merphel sale de casa para dar un último
recorrido por su vecindario antes de dirigirse a la academia. A mitad de camino
se detiene, olvidó recoger un espécimen de criatura que habita en las afueras
de la muralla. Corre a toda velocidad mientras acude al único acceso de la
ciudad, ignora a los guardias que lo saludan y sin pensarlo dos veces se
adentra en el espeso bosque.
Tras subir a un árbol, usa su
vista entrenada para localizar el objetivo a doscientos metros. Percata un movimiento al oeste, un hongo de gran tamaño y una lengua que sale de su cabeza revolotea por el bosque buscando alimento. Merphel prepara el arco
para disparar y lleva su mano a la espalda para tomar una flecha del carcaj que
olvidó en casa. Reconociendo su despiste, saca un
cuchillo del bolsillo, baja del árbol con rapidez y se acerca a la criatura.
Merphel acelera, el monstruo no puede escapar y lo sabe, la muerte aparece ante
él.
En la academia, un hombre canoso
espera en la entrada, sus brazos están cruzados. Merphel se le acerca.
-Otra vez impuntual- dijo el
viejo.
-Lo siento director Yves,
tuve una emergencia -contestó Merphel mostrando el cadáver de la criatura en
sus manos. La expresión de Yves se suaviza al verlo.
-Vaya, pero si es un Poison Spore- toma el espécimen para examinarlo-. Subestimados por su parecido a los hongos,
son capaces de envenenar a su presa, si no midieran metro y medio no serían
catalogados como monstruos. Estoy seguro que les encantara a los estudiantes.
Una vez adentro, Merphel se
presenta ante el salón, los estudiantes se extrañan de su presencia haciendo
que algunos se levantasen de su asiento para verlo de cerca. El director
empieza a hablar.
-Muy bien niños, Merphel se
irá de viaje pronto y me pidió humildemente que le permitiera dar una clase de
historia como favor, ¿Tienen alguna pregunta?
Todos se acercan rápidamente.
-¿Qué es eso en tu mano? -dijo uno, apuntando al Poison Spore.
-El tema principal de la
clase, les hablaré de él más adelante.
-¿Por qué quiere dar clases, señor Merphel? -dijo otro.
-Aprendí mucho en esta
academia. Quería revivir unos cuantos recuerdos antes de irme- contestó.
-¿A dónde vas? -dice una voz
al fondo.
-Muy lejos de aquí, tal vez a
Rachel o a Hugel -aclaró.
Un niño, al parecer el más
joven de ellos, mira atentamente el parche del
visitante.
-¿Qué te pasó en el ojo? -dijo.
Esta última pregunta cambia
la expresión de Merphel, mira la pared del fondo como si algo invisible lo
estuviera observando, el ambiente se vuelve pesado y los alumnos se quedan
callados.
-Muy bien niños -comentó el
director, intentando eliminar la incomodidad del ambiente-, regresen a sus
asientos, la clase está por comenzar.
Los alumnos siguen la orden,
Merphel regresa a la realidad. Abre uno de los libros apilados en la mesa y
comienza con la lectura:
“Mucho tiempo atrás, cuando
los dioses y engendros aún peleaban sin descanso, los habitantes de Midgard
vivían con miedo a ser destruidos, se ocultaban en sus hogares esperando el día
de la extinción. Sin embargo, ante ellos se presentó el día más importante de
la humanidad, el fin de la guerra, pero a pesar de eso la paz no llegó,
extrañas criaturas comenzaron a aparecer por todo Midgard amenazando nuevamente
con nuestra desaparición.”
“Por siglos nuestra especie estuvo
al borde de su desaparecer, todo por culpa a los invasores que cada vez
abarcaban más terreno. Pronto, el hombre fue adaptándose lo suficiente para
formar grandes comunidades y construir ciudades protegidas por grandes muros con el objetivo de resguardarse del mal que
los amenazaba.”
“Con el tiempo, los humanos
desarrollaron diferentes estilos de pelea, todos con el objetivo de vencer a
las horribles criaturas que se encontraban del otro lado del muro. En Payon, nuestra
ciudad, se desarrollaron dos tipos de peleas base; la arquería y las artes
marciales, esto debido a la abundancia de árboles y escasez de minerales.”
“No mucho después, la gente
empezó a sucumbir al egoísmo, traicionaban a diestra y siniestra todo para
conseguir más poder. Así surgió una nueva era de odio y disconformidad...”
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tras dos horas de incesante
aprendizaje, Merphel toma sus cosas para salir del
salón. Yves lo espera afuera.
-¿Cómo te fue? -dijo Yves,
con las manos agarradas detrás de la espalda. Merphel sale al pasillo, se da la
vuelta para cerrar la puerta del salón y luego da un gran suspiro.
-Son iguales a mis
compañeros cuando iba en la academia, molestos y desinteresados por sus
estudios, solo les interesa el Poison que traje.
Ambos caminan tranquilamente
por los pasillos.
-Bueno -responde Yves-, tú eras el de la nostalgia después de todo. ¿A dónde irás primero?
-Voy a visitar a Eero, tal
vez pueda darme información.
Al fondo se encontraba la
salida, cada paso que daban era como un estruendo dentro de la mente de
Merphel. Muchos recuerdos venían y se iban en un pestañeo, nunca se dio cuenta
de lo bueno que era su vida de estudiante hasta que llegó al final del pasillo.
-Te voy a extrañar mucho,
Merphy- dice Yves, extendiendo su mano al arquero. Éste la aparta para darle un abrazo.
-Lo sé. Aprecio
mucho todo lo que hizo por mí.
Merphel se separa de Yves. Ambos miran a lo lejos la
gigantesca puerta que permite el acceso a la ciudad. El corazón de Merphel empieza
a acelerarse, no se había dado cuenta del gran cambio que estaba a punto de
ocurrir. No más rutina, no más seguridad dentro de los muros, no más
entrenamiento diario. Solo pensar en ello le provoca un temblor en sus manos,
Yves se da cuenta.
-¿Sabes? Siempre me dio
gracia como te dirigías a mí con tanta formalidad. Cuando tus padres te
pusieron a mi cargo, me esforcé en darte lo mejor. Conocía tu potencial, pero
nunca pensé que te irías tan pronto.
Los ojos del director
comenzaron a brillar más de lo habitual, Merphel sabía que intentaba no llorar.
Por alguna razón esto lo ponía un poco incómodo, no es que no le haya tomado
cariño como lo hizo Yves con él, simplemente estaba demasiado emocionado por
comenzar su viaje y su tutor no podría hacer nada para quitarle los ánimos.
-Por eso me voy. Amo esta
ciudad, pero ya no hay nada que pueda ofrecerme, necesito nuevas experiencias.
Si no lo hago me quedaré estancado y no puedo permitírmelo, le dediqué
demasiado tiempo a la arquería, es hora de mostrarle mi habilidad al mundo.
Yves suspira.
-Tal vez puedas engañar al
pueblo pero no a mí, muchacho. Existen otras razones, ¿Cierto?
Merphel se muerde el labio.
- No le puedo ocultar nada
¿Verdad, director? Mi meta es convertirme en el mejor arquero del mundo, pero
antes de eso quiero encontrarlos, saber porque desaparecieron así sin mas.
-Ya veo… -susurra – Entonces
vas a buscarlos. Cuando los encuentres, diles por favor que no pude protegerte
y que espero me perdonen.
-No es tu culpa -dice con
fuerza-, por mi estupidez me gané esto –Pone su mano en el parche, apoyado en
el ojo izquierdo –. Además, si no fuera por lo que pasó nunca me hubiera hecho arquero.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tras la despedida, Merphel sale de la ciudad. Echa un último vistazo a las murallas, viejos recuerdos llegan a su mente, entonces sigue adelante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario